La contratación de servicios web, es muy común en nuestros días, siendo en algunos casos esencial. Estos servicios se encargan del mantenimiento, alojamiento, y gestión de páginas web, tiendas online y toda clase de servicios relacionados que ayudan a la llevanza del modelo digital de un negocio. Precisamente, este artículo va también dirigido a los profesionales que prestan estos servicios, los cuales se verán en algún momento representados.

La idea de cómo llegamos a contratar estos servicios, es una pregunta que tiene respuesta en la necesariedad de contar con profesionales del diseño web, informáticos y de marketing cualificados que nos ayuden a crear, mantener y gestionar nuestro modelo de negocio en la red. Sí, ya sé lo que muchos pensaréis: «Hay alternativas gratuitas o de muy bajo coste, o incluso podemos empezar desde un WordPress sencillo y posteriormente usar Woocommerce para transformarlo en tienda online.»

No os quito razón, pero hay que pensar que no todo el mundo que lanza su negocio en Internet tiene los conocimientos, el tiempo, ni las aptitudes necesarias para realizarlo por sí mismo. Es por ello que recurren a la contratación de servicios web, externalizando su gestión y ocupándose de los aspectos económicos básicos del negocio, en vez de los aspectos técnicos.

Debemos tener en cuenta de todas maneras, que las opciones freemium, a la larga en muchos casos, resultan ineficaces o con un impacto menor a lo que buscamos.

Primera fase – Contratación de servicios web

Cuando iniciamos nuestra odisea en la red, la primera decisión que debemos afrontar es la creación y mantenimiento del sitio web. Como en muchos casos, no tenemos ni idea de por donde empezar, y recurrimos ya sea por recomendación de Google, o por de algún conocido a una de las muchas empresas que existen del sector.

Tras una información previa donde nos cuentan como es su forma de trabajar, sus costes y como se desglosan y tras haber observado un borrador del contrato que nos explicarán, tenemos que tomar la decisión de contratar el servicio. Normalmente nos detallan el nivel de servicio, la resolución de incidencia, la forma de comunicación, como nos harán la web, la transferencia del dominio, etc.

Muchas empresas además incluyen paquetes que nos dan opción a tener un community manager de forma económica. Los community manager son aquellas personas que se encargan de nuestras redes sociales y mejorar nuestra reputación en la red, ahorrándonos tiempo.

Hay quien dice que prefiere hacer esa función por uno mismo, pero creedme, y lo sabemos por experiencia. Cuando nos encargamos nosotros mismos de las redes sociales, va a llegar un punto en el que no tengamos tiempo de hacerlo y se resienta nuestra reputación, simplemente haced la prueba.

 

Una decisión precipitada puede ocasionarnos muchos inconvenientes a nosotros y nuestro negocio.

SEGUNDA FASE – EMPIEZAN LOS PROBLEMAS

Hemos hecho la contratación de servicios web, nos van comunicando las analíticas de la página, les vamos dando toda la información que nos piden y parece que va todo fenomenal, he incluso llegan llamadas a nuestra tienda física (en el caso de tienda online). Podríamos decir que se ha creado una buena base para nuestra reputación online.

Pero sin embargo, con el tiempo, nos empezamos a relajar, no atendemos a las indicaciones de la empresa, tendemos a considerar que la llegada de clientes no es por la web, o que se está tornando innecesario el servicio web… Es entonces cuando miramos las facturas y en un acto de temeridad (o de necesidad a veces) queremos rescindir de forma unilateral los servicios web, simplemente porque consideramos que «eso de Internet no va a ningún lado y no sale rentable. Que eso lo puedo hacer yo mismo gratis».

La liviana alegación de «lo de Internet no sale rentable» o «eso lo puedo hacer yo mismo gratis» que escucho en muchas ocasiones, es un error.

Como prueba un ejemplo real:

  • Un día en el despacho se me estaban acumulando los títulos oficiales y decidí de una vez por todas buscar una empresa que los enmarcase, ya que mi estress habitual había aplazado esa tarea durante años. Como es normal, me lancé a Google a buscar y encontré una empresa bien posicionada y la llamé.
  • Curiosamente tenían la web rota, sin mantenimiento, y tuve que llamar por teléfono, a la vista de que el formulario de contacto no funcionaba.
  • Cuando acudí al establecimiento, le comenté que había ido porque estaba bien posicionada en la web y me dio buena impresión, pero le indique al empresario que tenia la web con problemas. Su respuesta me dejo de una pieza: «¡Ah, sí! Bueno eso no es rentable, no sirve de mucho y retire el servicio al final.»

En este caso únicamente acudí al establecimiento porque Google me lo había puesto de los primeros con las palabras clave que introduje, y el trabajo que había realizado la empresa que le llevó el servicio de posicionamiento. Una lástima, porque en algún momento observará que se resienten sus clientes y será entonces cuando se pregunte, que pasa realmente.

 

Los incumplimientos contractuales nos pueden llevar a vernos metidos en problemas legales.

TERCERA FASE – CONSECUENCIAS DE LA RUPTURA

Aquí es donde empiezan las consecuencias de la ruptura contractual si no la hemos analizado, consultado con un abogado o meditado con conocimiento. Finalizar un contrato de los cualquiera que podemos encontrar de esta clase (mantenimiento del servicio, posicionamiento, social media…) puede acarrear una serie de problemas:

1.- Incumplimiento de un contrato de permanencia en la contratación de servicios web. Si pactamos en su día una permanencia de cierto número de meses o años, dicho incumplimiento puede llevar acarreado consecuencias económicas.

2.- Pérdida de posicionamiento y clientes. Al terminar el servicio, si la web sigue siendo nuestra, sin mantenimiento ni una labor de posicionamiento, veremos como inevitablemente cae hasta las zonas más oscuras de Google. Ni que decir tiene, que en el caso de tiendas online, las consecuencias son nefastas.

3.- Deterioro de la marca. Esta consecuencia va ligada a la anterior y supone perder la visibilidad y reputación que habíamos ganado. Sobretodo ocurre cuando finalizamos contratos de posicionamiento y community manager.

4.- Problemas con las renovaciones de contratos. Esto es muy común. Normalmente muchas empresas sólo toman la decisión de acabar la relación contractual cuando se ha renovado tácitamente y se ha girado factura por un nuevo periodo. Esto es triste porque por desgracia genera conflictos que en ocasiones pueden acabar en reclamaciones de cantidad y monitorios y el consecuente gasto en servicios jurídicos adicionales.

RECOMENDACIÓN DE LAWTIC

A) Si tenéis problemas con el presupuesto o los gastos en la contratación de servicios web y marketing digital, os recomendamos negociar con la empresa y ver opciones viables de reducir gastos o de aumentar clientes.

B) Nunca finalicéis de forma unilateral una relación contractual si haberos asesorado bien previamente. Esto puede causar perjuicios económicos a ambas partes y es contraproducente para vuestra marca y negocio.

C) Valorad el trabajo en posicionamiento, reputación de la marca y gestión  de servicios web. Ya que aunque no lo percibáis físicamente como en un establecimiento abierto al público, son formas más económicas y eficaces de vender u ofrecer vuestros servicios.

Recordaros, que en LawTic estamos a vuestra disposición para asesoraros debidamente y encontrar opciones y soluciones viables para cada situación.

 

Jaime Arriba Ruiz
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